Argentina es uno de los países más grandes del mundo (el octavo, justo después de India). Las distancias son inmensas. Cuando planificamos un viaje dentro de este país, el medio de transporte que elijamos es una parte esencial de nuestro itinerario (y de nuestro presupuesto).

Si hacemos un viaje corto, seguramente elijamos tomar aviones, o quedarnos en algún sector del país. Alquilar un auto en un país tan grande, si somos al menos dos personas viajando juntas, también es una buena opción. Pero si hacemos un viaje un poco más largo, y estoy hablando de al menos 15/20 días y de hasta meses, podemos empezar a considerar otros medios de transporte, como los buses o trenes.

El medio de transporte más lento en Argentina es el tren. Sip. Así como leyeron. Aunque en otros países, sobretodo en los europeos, el tren sea uno de los medios de transporte más rápidos y eficientes, en Argentina es todo lo contrario. Esto no fue siempre así. Pero la evolución acá es al revés: si un tren de Buenos Aires a Córdoba solía tardar unas 9 horas en 1938, en diciembre de 2019 ese mismo recorrido le toma unas 20. Así es: más del doble que 80 años atrás. Un bus tarda unas 9 horas, en auto se puede llegar en 8 horas tranquilamente y un avión hace ese recorrido en poco más de 1 hora.

¿Entonces?

Pero frente a todo este panorama en el que deberíamos descartar esta opción si somos personas juiciosas, también estamos los fanáticos de los trenes. Y para nosotros, que soñamos con recorrer largas distancias mirando por la ventanilla del tren pasar los pueblos y los paisajes, el tren es, y va a seguir siendo, un medio de transporte único.

Y si, se puede recorrer Argentina en tren. Bueno… no toda la Argentina. Ni siquiera la mayor parte. Desde Buenos Aires se puede llegar a 5 provincias (de las 23 que conforman el país), y hay servicios regionales en 7 más. Pero vamos a arrancar por el principio.

La red ferroviaria argentina llegó a tener más de 48 mil kilómetros de extensión, abarcando todo el territorio nacional. Incluso el país llegó a tener conexiones ferroviarias con todos los países limítrofes (Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay), siendo una gran red de transporte de cargas y pasajeros que competía con el automóvil y los buses. Hoy sumando todos los servicios que están en funcionamiento, no llegamos ni al 10% de kilómetros activos de lo que alguna vez fue.

En 1857, durante la Guerra Civil entre unitarios y federales, se inauguró el primer tendido ferroviario entre la Estación Parque, donde hoy se ubica el Teatro Colón, hasta la Estación Floresta (hoy parte de la Ciudad de Buenos Aires). Ese recorrido fue de poco más de 9 kilómetros y fue construido por capitales bonaerenses. Recibió el nombre de Ferrocarril Oeste de Buenos Aires. El primero.

Una vez terminada la guerra, y con el país ya conformado, entran capitales británicos que construyen 3 lineas más en las próximas 2 décadas: el Ferrocarril al Sud, que llegaba hasta Tandil, el Ferrocarril Central Argentino, que llegaba hasta Córdoba, y el Ferrocarril al Pacífico, que llegaba hasta Junín. También entran capitales franceses y belgas, que junto con aportes del Estado construyen algunas líneas más y extienden las existentes.

Empiezan a aparecer servicios regionales que unen las provincias entre sí y con la Capital Federal, y a fines de siglo existían alrededor de 16.500 kilómetros de vías, de los cuales 2000 pertenecían al Estado.

En 1910 se crea la empresa Administración General de Ferrocarriles del Estado (AGFE), encargada de regular las líneas férreas estatales, empalmes entre redes, tarifas y construcción de nuevos tramos, como el Ferrocarril Viedma-Bariloche.

Después de la Crisis del 29 y de la Década Infame, varias de las empresas privadas están en ruinas, y venden sus ferrocarriles a la AGFE que los manejó hasta 1948, cuando Perón estatiza todas las líneas férreas a manos de Ferrocarriles Argentinos. Fueron renombradas como personalidades importantes de la historia nacional, y así pasaron a llamarse San Martín, Belgrano, Sarmiento, Urquiza, Mitre y Roca, dependiendo de la zona del país donde cada uno de estos personajes tuvo relevancia.

El Estado invirtió miles de millones de pesos en estas adquisiciones (y en la compra de 75 locomotoras nuevas a Estados Unidos y miles de vagones a Canadá) y se completó el ramal Transandino Norte y el ferrocarril carbonífero de Río Turbio-Río Gallegos. Los británicos y los franceses ya habían salido por completo del mapa, y contábamos con una extensión de más de 40 mil kilómetros de vías.

Se mejoraron muchísimos ramales, incluido el cambio de vías, y algunos servicios funcionaban con velocidades que oscilaban entre los 145 y los 170 kilómetros por hora. El verano de 1953 fue uno de los más activos (en materia ferroviaria) de la historia del país, llegando a transportar a miles de pasajeros diarios a Mar del Plata (en menos de 4 horas), Mendoza (en 11 horas) y Bariloche (en 21 horas).

Con el golpe de estado de 1955, varias de las obras se frenaron. Años después Frondizi junto a su ministro de transporte intentaron mejorar el servicio y modernizarlo, pero el proyecto era tan caro que terminaron descartándolo, e incluso suprimiendo 4.000 kilómetros de vías. Lo mismo pasó en gobiernos subsiguientes, que clausuraron más de 3.000 kilómetros de vías.

Aproximadamente a partir de 1976, la red ferroviaria entró en una época de reducción acentuada durante los tiempos de la última Dictadura Militar, período en el cual se incrementó el levantamiento de vías y la clausura de ramales. En esta época dejaron de circular también muchos trenes de pasajeros, especialmente los que iban a la región noroeste del país, con nulas inversiones, lo que terminó generando un grave deterioro de la infraestructura. Solo Videla anuló 7.000 kilómetros de vías y despidió al 40% del personal ferroviario.

Durante la década de 1980, Raúl Alfonsín hizo varias mejoras en los trenes. Mejoraron los servicios urbanos y se electrificaron algunos ramales. A pesar de todo el esfuerzo, al final de su gobierno solo un 25% de la red estaba activa, pero con grandes deudas económicas de parte del Estado.

En 1991 se privatizan la mayoría de los ferrocarriles, salvo algunos que pasan a las provincias, a manos del expresidente Carlos “ramal que para, ramal que cierra” Menem. El Estado decide no hacerse más cargo de un transporte que le genera pérdida (en gran parte por su mala administración), y así desaparecen la mayoría de los ramales. La cancelación masiva de servicios llevó al surgimiento de cientos de pueblos fantasma que previamente vivían del ferrocarril ​como fuente de trabajo, abastecimiento y comunicación.

Hoy en día quedan poco más de 4.600 kilómetros de vías en actividad para transporte de pasajeros, y desde hace unos años se están empezando a reactivar vías de transporte de mercancías, como la Belgrano Norte, que tiene operativos unos 1.700 kilómetros.

Hoy en día quedan activos los siguientes ramales de larga distancia:

• Buenos Aires – Mar del Plata
• Buenos Aires – Bragado
• Buenos Aires – Rosario
• Buenos Aires – Junín
• Buenos Aires – Córdoba
• Buenos Aires – Tucumán
• Buenos Aires – Bahía Blanca

Los siguientes ramales regionales:

• Villa María – Córdoba (Córdoba)
• Posadas (Misiones) – Encarnación (Paraguay)
• Paraná – Colonia Avellaneda (Entre Ríos)
• Neuquén – Cipoletti (Neuquén)
• Salta – Güemes (Salta)
• Cacuí – Los Amores (Chaco)
• Saenz Peña – Chorotis (Chaco)

Y los siguientes trenes turísticos:

• Tren de las Sierras (Córdoba)
• Tren de la Costa (Buenos Aires)
• La Trochita (Río Negro-Chubut)
• Tren de las Nubes (Salta)
• Tren del Fin del Mundo (Tierra del Fuego)
• Tren Ecológico de la Selva (Cataratas del Iguazú)

• Distancia entre cabeceras: 400 kilómetros
• Tiempo de viaje: 6 horas aproximadamente
• Servicios a bordo: aire acondicionado, vagón comedor, biblioteca.
• Precios: dependiendo del servicio entre 10 y 12 dólares.

Mar del Plata es una de las ciudades más lindas y con más movida de Argentina. Se encuentra en la costa atlántica y es un importante puerto y balneario. Es la segunda ciudad más turística del país, aunque no sea de las más populares entre los extranjeros. Más de 2 millones de argentinos la visitan cada año durante los meses de verano, buscando algún metro cuadrado de playa libre, vida nocturna y una gran oferta cultural (sobretodo en obras teatrales). Imperdibles: la Rambla y los lobos de mar (los de verdad).

• Distancia entre cabeceras: 200 kilómetros
• Tiempo de viaje: 5 horas aproximadamente
• Servicios a bordo: aire acondicionado.
• Precios: dependiendo del servicio entre 2 y 3 dólares.

Bragado en el interior de la Provincia de Buenos Aires, a 200 kilómetros al oeste de la ciudad de Buenos Aires. Su principal actividad turística se centra en la laguna, en el Parque San Martín, a sólo 2 kilómetros del centro, donde se puede pescar o pasear en bote. Los alrededores ofrecen la posibilidad de hacer caminatas, cabalgatas o paseos en bicicletas. Es un destino muy tranquilo, ideal para un fin de semana de desconexión de la ciudad.

• Distancia entre cabeceras: 300 kilómetros
• Tiempo de viaje: 6,5 horas aproximadamente
• Servicios a bordo: aire acondicionado, coche comedor, biblioteca sobre rieles.
• Precios: dependiendo del servicio entre 5 y 6 dólares.

Rosario es una de las ciudades más turísticas de la región pampeana. El Monumento Nacional a la Bandera es un enorme complejo junto al río con un obelisco que conmemora el primer izamiento de la bandera nacional durante la Guerra de Independencia de Argentina en el siglo XIX. Otras atracciones que no se pueden dejar de visitar son en Centro Cultural Parque de España, el Parque de la Independencia, la Isla de los Inventos, el Parque 25 de Mayo y el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario.

• Distancia entre cabeceras: 260 kilómetros
• Tiempo de viaje: 5 horas aproximadamente
• Servicios a bordo: aire acondicionado, coche comedor.
• Precios: dependiendo del servicio entre 3 y 5 dólares.

Junín es la ciudad más importante del noroeste de la Provincia de Buenos Aires. La atracción más importante de esta ciudad es Parque Natural Laguna de Gómez, donde se puede practicar windsurf, esquí acuático, motonáutica, yachting y jet ski. Además cada año tiene lugar la Fiesta Nacional del Pejerrey, donde vienen pescadores de todo el país a competir. Otras atracciones de la ciudad son el Parque Borchex, la Laguna el Carpincho y laLaguna Mar Chiquita.

• Distancia entre cabeceras: 700 kilómetros
• Tiempo de viaje: 19 horas aproximadamente
• Servicios a bordo: aire acondicionado, camarotes, vagón comedor, enchufes, etc.
• Precios: dependiendo del servicio entre 9 y 13 dólares.

Córdoba no es solamente la ciudad. También es la provincia. Y es de las más turísticas del país, sobretodo para turistas nacionales. La ciudad ofrece una agitada vida nocturna, además de excelentes museos, teatros, parques y paseos. Las viejas estancias jesuíticas hoy son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. La provincia, por su parte, ofrece increíbles paisajes: sierras, ríos, lagos y arroyos, donde disfrutar a pleno de la naturaleza. Definitivamente es uno de mis destinos favoritos, y cualquiera que elija visitar Córdoba no va a arrepentirse.

• Distancia entre cabeceras: 1300 kilómetros
• Tiempo de viaje: 32 horas aproximadamente
• Servicios a bordo: aire acondicionado, camarotes, coche comedor, etc.
• Precios: dependiendo del servicio entre 11 y 20 dólares.

Tucumán es una de las ciudades más importantes para la historia argentina, ya que es acá donde se firmó la Independencia del país. Por eso en una visita a esta ciudad es imprescindible visitar la Casa Histórica de Tucumán. Además, la provincia ofrece algunos de los mejores paisajes de la región, destacando Tafí del Valle, las Ruinas de los Quilmes, el Parque Nacional Campo de Alisos y las Cumbes Calchaquíes.

• Distancia entre cabeceras: 700 kilómetros
• Tiempo de viaje: 13 horas aproximadamente
• Servicios a bordo: aire acondicionado, coche comedor, enchufes, camarotes, etc.
• Precios: dependiendo del servicio entre 12 y 19 dólares.

Bahía Blanca es una ciudad puerto de la provincia de Buenos Aires. Grandes edificios del siglo XIX y comienzos del siglo XX, como el Palacio Municipal, bordean su plaza central, la Plaza Rivadavia. Entre los museos se encuentra el Museo y Archivo Histórico y el Museo del Puerto de Ingeniero White, que documentan las vidas de los inmigrantes. La ciudad es conocida como una vía de acceso a la Patagonia, más al sur. Es ideal para organizar un viaje a las playas del sur de la Provincia de Buenos Aires, como Necochea o Monte Hermoso, o irse más al sur y visitar Las Grutas o Puerto Madryn.

Esos serían todos los trenes de larga distancia con los que cuenta el país en funcionamiento. Como verán, los viajes son largos y demoran muchísimas horas, sobretodo en los ramales que van a Córdoba o Tucumán. Pero si estamos haciendo un viaje por Argentina y el tiempo no es un problema, podemos considerar tomar un tren en lugar de un avión o bus. Son muchísimo más baratos y van a poder disfrutar del paisaje del interior. Y la posibilidad de poder caminar, ir al vagón comedor, estirar las piernas, etc, siempre es un plus.

Más adelante voy a subir un artículo hablando de los trenes turísticos, como el Tren de las Nubes o el Tren del Fin del Mundo.

¿Cómo sacar los pasajes?

Los pasajes se sacan por internet. Se pueden sacar en las boleterías, pero es más caro y hay que ir hasta Retiro o Constitución. La página para comprar es https://webventas.sofse.gob.ar/ y está bien organizada.

Elegís origen, destino, fecha y cantidad de pasajeros. Seguís los pasos y pagas con tarjeta de crédito. Además podes consultar la sección de Preguntas Frecuentes, donde despejan muchas dudas, como por ejemplo qué hacer si viajas con bicicleta, con carritos para bebés, o lo que sea.

¡ATENCIÓN! En verano la demanda es muy alta, por eso conviene comprar los pasajes con bastante anticipación. El sistema te permite comprar hasta 48 horas antes, pero lo mejores es buscar los pasajes al menos con 2 semanas de antelación, porque se suelen agotar rápido (sobretodo los que van a Mar del Plata y Córdoba, los dos destinos vacacionales por excelencia de los argentinos).

No olvides llevar tu documentación para poder viajar: DNI si sos argentino o pasaporte si sos extranjero, y el boleto (aunque si por alguna razón no lo pudiste imprimir o se te perdió, podes pedir uno nuevo en la boletería una hora antes de la partida del tren).

¿Que clase elijo?

La verdad los precios no varían tanto y los servicios son bastante diferentes entre si. Hay 3 categorías, y todas son super cómodas ya que los asientos son amplios y altos, pero tiene algunas diferencias entre si:

• Primera clase: tienen aire acondicionado frío/calor y asientos reclinables en filas de dos asientos. En el medio del coche hay una mesa con asientos enfrentados. Tiene dispenser de agua fría y caliente (para el mate), enchufes en ambos extremos del vagón y en el sector del lavamanos. Los baños están ubicados en los extremos del coche, uno para damas y otro para caballeros. Es la más barata.
• Pullman: asientos más anchos que se distribuyen en filas de dos e individuales y son reclinables. Cuentan con las mismas características generales que Primera Clase. En ambas categorías hay butacas que viajan en sentido del tren y otras en sentido contrario.
• Camarote: incluye pasaje para dos personas (dos adultos / un adulto / un adulto y un menor). Puede agregarse un menor de hasta 6 años de edad abonando el 50% de un pasaje de primera clase. Cuenta con dos camas, una arriba y otra abajo, que también sirven de asiento. Tiene una mesa y traba puertas, control de temperatura de aire acondicionado frío/calor y volumen de parlante. Los servicios que cuentan con camarote son los que van a Córdoba, Tucumán y Bahía Blanca. Es el pasaje más caro.

¿Que servicios incluye?

En todos los trenes podes cargar tu celular o notebook, y todos ofrecen la posibilidad de llevar tu bicicleta.

Hay tres servicios que ofrecen Biblioteca sobre rieles, que son los que van a Bahía Blanca, Mar del Plata y Rosario.

Y el vagón comedor lo tienen los servicios que van a Rosario, Córdoba, Tucumán, Junín, Bahía Blanca y Mar del Plata. En los servicios a Córdoba y Tucumán se ofrece un menú vegetariano. Todos los servicios tienen productos aptos para celíacos.

Cuando era chico, allá por los años 90s, los trenes llegaban a otros destinos. Me acuerdo que viajábamos con mi familia a Miramar, en la costa atlántica, donde mi abuela tenía una casa de vacaciones, y eran unas 7 u 8 horas sobre los rieles en las que atravesábamos la provincia. Me encantaba viajar en el tren. Creo que desde esa época fue que me enloquecieron los ferrocarriles.

Durante años no volví a viajar en tren (salvo urbanos) hasta que fui a Europa y en mis tres viajes largos hice varios tramos en tren. Incluso algunos países, como Holanda o Italia, los recorrí solo en tren. Y llegué a cruzar de París a Londres en el Eurostar, uno de los sueños que quería cumplir desde hacía años. Pero ahora que todos estos servicios en Argentina están renovados, con locomotoras y vagones nuevos, es una gran opción para recorrer la gran extensión que tiene este país. Al menos las provincias a las que llega el tren.

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