Hola. Soy Facu. Éste es mi blog. Bienvenidos.

Creo que éste es el más difícil de todos los posteos. Siempre que voy a empezar a escribir, sé más o menos de que voy a hablar. Lugares, viajes, consejos, recuerdos. Investigo mucho también antes de escribir. Un artículo me puede llevar 5 horas, o incluso días, borro, corrijo, chequeo datos, reviso mis fotos, leo mis diarios de viaje. Pero ahora me toca presentarme.

Casi como si fuera una entrevista de trabajo, voy a empezar por los datos más duros: me llamo Facundo (pero ustedes, lectores, pueden decirme Facu), nombre bastante común en Argentina, aunque nunca conocí a nadie de otro país que se llame igual que yo, tengo 28 años, vivo en Buenos Aires, ciudad que me encanta y que sigo descubriendo día a día, y estudio arquitectura en la UBA.

Creo que no hace falta decirlo, pero lo digo igual: me encanta viajar. Desde que soy chico, anhelo conocer el mundo. Terminé el secundario, empecé la universidad (estudiaba Ciencias Políticas en ese entonces), y fui posponiendo el día en que iba a agarrar una mochila y salir a conocer el mundo. En mi cabeza había muchísimos obstáculos: tiempo (tengo que estudiar y recibirme), dinero (si no tengo mucha plata ahorrada, no puedo viajar a ningún lado), miedos (pero no puedo viajar solo, vengo de un pueblito y ya la Ciudad de Buenos Aires me parece monstruosa), etc.

Seguí yendo a la universidad y seguí trabajando de distintas cosas (trabajé en la carpintería de mi tío, en un sindicato arreglando computadoras, en un estudio jurídico de cadete, fui cajero de supermercado, vendí productos para el cabello, trabajé de promotor de eventos, de animador de juegos infantiles, tuve una gráfica, etc). Y sigo yendo a la universidad y sigo trabajando de distintas cosas.

Pero nunca me pude sacar de la cabeza las ganas de viajar. Por suerte y por desgracia. Por suerte porque es lo que me apasiona, es lo que me gusta, viviría solo de esta manera. Y por desgracia porque cada vez que vuelvo de un viaje, ya estoy planeando el siguiente y me deprime volver a la vida cotidiana. Al menos por un ratito. Después ya me acostumbro otra vez a la rutina (que trato de que no sea tan rutinaria), y soy feliz.

Ya había recorrido Argentina bastante, tanto con mi familia de chico, como con amigos un poco más de grande. Muchísimos viajes de verano al mar, a las montañas, a los lagos, acampes con mis padres, con mis tíos y primos, con mis amigos, pero seguía faltando algo: quería cruzar una frontera. Y seguía postergando el momento…

A los 22 años, mientras estábamos festejando navidad con mi familia, se acerca mi tía A y me dice “Fa, ¿qué te parece si en enero nos vamos a París?”. Y fue un shock. El mejor regalo de navidad de todos. París. Desde ese día no pude pensar en otra cosa. Y nos fuimos a París. 10 días en un país totalmente nuevo. Un idioma que yo no conocía. Una cultura que, si bien uno la va conociendo de chico, porque es París, no es Marte, estaba viviendo en carne propia. Una moneda que no era la mía. Unas costumbres que no eran las mías. Y me sentí en casa. Creo que por eso me gusta tanto esa ciudad. Es uno de mis lugares en el mundo. Fue el primero. Y siempre va a ser el primero. Como le dice Rick a Ilsa en Casablanca: “siempre nos quedará París”.

Siempre ese va a ser El Viaje. Así. Con mayúsculas y en negrita. Además, esa fue también la primera vez que me sentí solo en el mundo. Pasamos esos diez días espectaculares, en los que nos recorrimos la ciudad de norte a sur y de este a oeste, en los que nos escapamos a Bélgica, en los que viajamos por el Valle del Loire, en los que nos fuimos a ver obras de arquitectura a pueblitos remotos (insistencia mía, claro, aunque con mi tía no hace falta insistir demasiado, siempre dice que sí), el Louvre, Notre Dame, Versalles, la Torre Eiffel, y cientos de etcéteras. Pasados esos 10 días mi tía se volvía a Buenos Aires. Y yo había sacado mi pasaje de vuelta desde Londres, 10 días después.

Y en el preciso momento que fuimos a la estación del RER Champs de Mars – Tour Eiffel (nuestro hotel estaba a solo 400 metros de la torre), saludé a mi tía con un abrazo, y me largué a llorar. No sabía por qué lloraba, no sabía porque la angustia. Después me di cuenta que fue un poquito de miedo. Así todo victimozo (no sé si existe esta palabra) y acongojado, me tomé el RER, llegué a la Gare du Nord, y me tomé el Eurostar con destino a Londres. Y ahí fue, 3 horas después, la primera vez que estuve solo en un país que no era el mío, que no conocía, que no tenía contactos: éramos yo, mi mochila y millones de ilusiones. Y fui muy feliz. Y cuando recuerdo ese primer Gran Viaje, sonrío.

El blog…

Me di cuenta que este blog, además de tomármelo con profesionalismo, y algún día lograr el objetivo de vivir viajando, y viajar para vivir (o sea, que me dé de comer), ya era una necesidad. Me gusta escribir. Me gustan los viajes. Entonces me pregunté ¿por qué no empezar un blog contando mis anécdotas, mis experiencias, armando itinerarios, así como me los armo para mí, pero para que otras personas puedan viajar un poquito más fácil, y sobre todo se animen, dando consejos y contando lo poco que sé (y lo mucho que investigo) sobre este gran pequeño mundo que es el planeta tierra?

Venía barajando la idea en mi cabeza, y decidí contársela a un amigo. Apenas le dije “quiero armar un blog de viajes, dedicarme a eso, que sea mi trabajo, es lo que más ganas tengo de hacer”, me dijo: “me parece una excelente idea. Dale para adelante. Pero dale para adelante en serio. Tomatelo como un laburo”. Y ahí me di cuenta que no era tan loco. Porque todos tenemos ideas cada tanto, sobre todo cuando estamos aburridos y no sabemos qué hacer, o cuando estamos estancados haciendo algo que no nos gusta, pero la mayoría de las veces esas ideas son malas. O creemos que son malas, y las descartamos.

La comenté con varias personas más de mi entorno, familia y amigos, y todos me apoyaron. Contaba las ideas que tenía en mi cabeza, me daban consejos, me alentaban, me decían que no espere más, que arranque ya, y bueno: había que ponerse manos a la obra.

Me senté en la PC, abrí Google Maps y me puse a buscar los lugares por donde había viajado y los recorridos que había hecho. Surgieron muchísimas ideas. Ahí mismo me puse a anotar. Tengo muy poca memoria. Quizás por eso me guste tanto escribir. Es también una necesidad. Eso no quiere decir que escriba bien. Pero escribo. Y mucho. Al término de esa tarde ya tenía ideas para al menos 30 o 40 artículos.

Y así empezó todo. Con entusiasmo, con apoyo de todos los que me conocen, con muchas ideas y con muchas dudas.

La idea es que en este blog ustedes encuentren esas ganas de viajar. Porque es lindo conocer lugares nuevos. Es lindo cruzar fronteras nuevas. Conocer a las personas del lugar. Hablar muchísimo. Preguntar todo. Equivocarse. Perderse. Encontrarse. Abrir la cabeza. Voy a darles consejos para viajar por Argentina, mi país, el que conozco bastante, pero del que todavía me quedan mil lugares por recorrer. Van a encontrar anécdotas e itinerarios. Voy a tratar de ayudarlos a armar presupuestos. También voy a escribir sobre otros países que recorrí, y muchos a los que he vuelto porque siempre quedan lugares por conocer.

Háganme preguntas, comenten lo que quieran, manden mails, pídanme consejos. No sé mucho. Pero sé un poco. Sé lo que conozco. Llevo 15 países visitados en más de 20 viajes desde que hice aquel Gran Viaje. Algunos viajes fueron de mochilero, otros fueron roadtrips en auto, a veces haciendo dedo, a veces tomando muchísimos aviones, a veces con más de 24 horas de bus, a veces durmiendo en hoteles, otras veces en hostels, en carpa, en casa de couchsurfers, muy distintos todos entre sí. Pero todos fueron perfectos. No es que haya salido todo bien, al contrario, con miles de complicaciones, pero que después terminan siendo las mejores anécdotas de cada viaje.

Acompáñenme en esta nueva aventura y hagamos juntos de Fuera de Eje eso mismo: un lugar del que podamos salir un poco de la rutina, donde podamos expresarnos, donde podamos aprender juntos, donde podamos aconsejarnos entre todos y animarnos a emprender el próximo viaje.

Voy a subir artículos nuevos TODOS LOS DÍAS, así que suscríbanse (tienen más abajo un lugar donde poner su correo electrónico), así les lleva un aviso de los nuevos artículos que voy a ir subiendo. Gracias a todos!