Buenos Aires es la capital de la República Argentina y la ciudad más poblada del país (entre la ciudad y su área metropolitana vive un tercio de la población total). En una situación de normalidad, se necesitarían mínimo 3 días para recorrerla, pero nosotros conocimos todos estos lugares en el Instagram de Fuera de Eje, todo con recomendaciones de ustedes. Por momentos pueden sentir que están en París o Madrid, y un par de calles después en paisajes urbanos típicamente latinoamericanos como San Telmo o La Boca.

Hay mucho para hacer en la ciudad, sobre todo en cuanto a oferta cultural. La ciudad cuenta con museos de todo tipo y para todos los gustos, centros culturales con exposiciones itinerantes dignas de ver, calles y edificios con mucha historia y teatros de talla internacional. También cuenta con varios espacios verdes: grandes parques como los Bosques de Palermo y una reserva natural que exige visitarla en bicicleta (por cierto, las bicis son gratuitas y se pueden usar las 24 horas del día). No pueden dejarse de lado sus cafés, sus librerías, el tango y la gastronomía.

Fueron tantos los sitios que recomendaron que tuve que dividir este artículo en dos partes, así que en unos días subo los destinos turísticos que faltan de la Ciudad de Buenos Aires.

La Calle Florida es seguramente la más famosa de todas las calles porteñas. Esta peatonal se encuentra en el corazón del Microcentro y, en tiempo sin pandemias, es un caos. Si caminamos durante la hora del almuerzo, vamos a ver a miles de oficinistas saliendo de sus edificios a comer y volver a trabajar. Después de las 20hs, va vaciándose hasta quedar desolada. Es una calle comercial: tiendas de cuero, moda, souvenirs, librerías y locales gastronómicos. Lo mejor: Galerías Pacífico, Edificio Kavanagh y Plaza San Martín.

La Plaza de Mayo es el sitio fundacional de la Ciudad de Buenos Aires. Es impensado visitar Buenos Aires y no pasar por este lugar. Además de la importancia de la plaza en sí misma, la rodean algunos de los edificios más importantes de la ciudad: el Cabildo, la Catedral Metropolitana, la Casa Rosada, la sede del Banco de la Nación Argentina y el Palacio del Gobierno de la Ciudad. Lleno de trabajadores durante la semana y de turistas los fines de semana, esta plaza es también uno de los lugares favoritos de manifestación y celebración de los argentinos. Salvo la Declaración de la Independencia, que se llevó a cabo en Tucumán, y las batallas que se libraron para conquistarla, fue el escenario de casi todos los acontecimientos trascendentales del país.

La Casa Rosada es la sede del Poder Ejecutivo de la República Argentina. Dentro de la misma se encuentra el despacho del presidente de la Nación Argentina (en este momento, Alberto Fernández), aunque no vive acá, sino en la Quinta de Olivos. Este edificio se localiza en la calle Balcarce 50 frente a la Plaza de Mayo. Su color característico es rosado (hay algunos mitos atrás de este color) y es considerado uno de los edificios más importantes de Buenos Aires. La visita guiada es gratuita y vale la pena realizarla para conocer un poco más sobre la historia argentina y los secretos de este edificio tan emblemático.

El Cabildo de Buenos Aires es uno de los edificios más antiguos que rodean la Plaza de Mayo. Su construcción comenzó en 1725 y se finalizó casi 30 años más tarde. Fue sede de la administración colonial, también albergó a la Primera Junta, fue prisión, biblioteca pública y es un importante museo desde 1939. Además de la importancia del propio edificio, contiene documentos, pinturas y objetos de los Siglos XVII al XX. Para conocer más de su historia podés hacer una de las visitas guiadas gratuitas que ofrece el Cabildo.

La Catedral Metropolitana es el principal templo católico de Argentina. Es la sexta iglesia que se construye en esa parcela (las anteriores se habían ido destruyendo por las inclemencias del clima). De estilo griego, su construcción comenzó en 1753. Además de su importancia para la religión católica, en esta catedral reposan los restos del libertador de América: aquí dentro está el mausoleo del General José de San Martín, custodiado por los Granaderos.

Caminar por Avenida de Mayo es recorrer la historia arquitectónica de la Ciudad de Buenos Aires. Camínenla tranquilos. Situada en el barrio porteño de Monserrat, fue el primer boulevard que tuvo la ciudad y la columna vertebral del centro histórico y cívico. Nació opulenta y majestuosa y se transformó en el escenario de todas las manifestaciones sociales porteñas. Fue la primera avenida de la República y de toda Sudamérica. Lo mejor: el Café Tortoni, sus tiendas, el Palacio Barolo, la Plaza de Mayo y la del Congreso.

El Café Tortoni es el local más importante y famoso de la Avenida de Mayo, y el café más conocido de la ciudad. También es el más tanguero de todos los cafés notables de Buenos Aires. Durante su larga vida ha sido un lugar de encuentro de la vanguardia cultural de Buenos Aires. Inclusive funcionó una peña literaria muy importante, liderada por el pintor Benito Quinquela Martín, en la que participaban personalidades de la talla de Alfonsina Storni, Jorge Luis Borges y Federico García Lorca. También fue frecuentado por otros personajes como Albert Einstein, Lisandro de la Torre o Juan Carlos de Borbón. Hagan una pausa. Tomen un café. Disfruten de buena música. Sigan viaje.

El Palacio Barolo es uno de mis favoritos de la ciudad. Fue diseñado por el italiano Mario Palanti e inaugurado en 1923. ​Hasta los años 1930 fue el más alto de la ciudad y de América del Sur al igual que su hermano gemelo, el Palacio Salvo, construido por el mismo arquitecto en Montevideo. En 1997 fue declarado Monumento Histórico Nacional. ​Incluye numerosas analogías y referencias a la Divina Comedia de Dante Alighieri. ​Fue pionero en el uso de hormigón armado dentro de un peculiar estilo ecléctico, y la mejor experiencia es la de subir a su terraza a tomar una cerveza al atardecer y ver como se oculta el sol en la ciudad.

Si hay un edificio del que los argentinos estamos orgullosos, humildad aparte, es el Teatro Colón. Muchos de los teatros de primera línea del mundo son privados. Considerado uno de los 5 mejores teatros del mundo, el Colón es de todos. No es de ninguna empresa, no tiene un dueño en particular. El teatro es de la Ciudad de Buenos Aires, y por lo tanto, de todos. Si tienen la oportunidad de desembolsar unos 10 dólares que es lo que cuesta la visita guiada, háganlo. Van a conocer uno de los mejores teatros del mundo por dentro. Y si encima pueden asistir a una presentación, ya sea de ópera, ballet, filarmónica o lo que más les guste, se van a ir de la ciudad habiendo vivido una experiencia única.

La Avenida 9 de Julio es la más ancha de Argentina. Ya no del mundo (según el libro Guiness, la supera el Eje Monumental de Brasilia). Recorre alrededor de tres kilómetros en pleno centro de la ciudad, comunicando los nudos de transporte y las principales terminales ferroviarias en el barrio de Retiro y en Plaza Constitución. Lo mejor: el Obelisco, el Teatro Colón, la Embajada de Francia, el Ministerio de Obras Públicas.

Las ciudades están llenas de monumentos. Y los monumentos forman parte, en gran medida, del imaginario colectivo de la ciudad. Nos hablan de París y la primera imagen es la Torre Eiffel. Nos hablan de Londres y recordamos el Big Ben. Roma y su Coliseo. Río de Janeiro y su Cristo Redentor. Nueva York y su Estatua de la Libertad. Cada ciudad tiene su gran monumento. Más allá de que haya cientos de otros, hay uno que es más significativo que el resto. Y en Buenos Aires es el Obelisco. 80 años atrás los porteños quisieron deshacerse de él y hoy en día es nuestro símbolo más importante. No es una razón sino son muchas las que hicieron que pasara esto. Y ya nadie imagina Buenos Aires sin su monumento.

El Cementerio de la Recoleta es una de las necrópolis más conocidas de América y un paso obligado en una visita a Buenos Aires. Aunque solo se contara con un día para visitar la ciudad, habría que dedicarle al menos una hora para perderse por sus callecitas entre mausoleos y bóvedas, 80 de las cuales fueron declaradas Monumento Histórico Nacional, obras de arquitectos y artistas de la talla de Giulio Monteverde, Lola Mora o Pedro Zonza Briano. La revista Architectural Digest lo coloca entre los 10 cementerios más impresionantes y bellos del mundo. Entre sus muros yacen 29 presidentes (4 de facto), 200 héroes de la Independencia y 100 gobernadores provinciales.

La Boca es uno de los barrios más antiguos y coloridos de Buenos Aires. Está situado en el límite sudeste de la ciudad. Su nombre se debe a que se ubica en la desembocadura del Riachuelo en el Río de la Plata. Lo más importante para visitar es Caminito, el Estadio de Boca Juniors, el bar La Perla, el Museo Quinquela Martín, el Centro Cultural PROA y el Puente Transbordador Pedro Avellaneda, sobre el Riachuelo. Durante los fines de semana suele estar muy concurrido, aunque por la noche desaparecen todos los turistas.

Caminito es uno de los puntos más turísticos de la ciudad de Buenos Aires. No debe haber itinerario de 2 o 3 días por la ciudad que no lo incluya. Y es que seamos realistas: es uno de los lugares más fotogénicos de la Ciudad de la Furia. Caminito es un museo a cielo abierto. Lo característico de esta callecita son sus conventillos de colores, los sonidos del tango y los restaurantes donde comer asado argentino. Una buena opción para conocer un poco de su historia es visitar el Museo Conventillo Marjan Grum.

Diego Armando Maradona definió a La Bombonera, el estadio de Boca Juniors, como “El templo del fútbol mundial”. Para los fanáticos del fútbol, les recomiendo la visita guiada por el estadio (la chica que hace el tour es una fanática del club y sabe absolutamente todo lo que se te ocurra preguntar) y el Museo de la Pasión Boquense. Este estadio está a solo 400 metros de Caminito, así que las dos visitas se suelen hacer juntas.

San Telmo es uno de los barrios más antiguos y tradicionales de Buenos Aires, sede del Casco Histórico y de muchas tanguerías. Conserva gran parte de su patrimonio arquitectónico: sus calles empedradas, casas bajas y patios con aljibes parecen detenidos en el tiempo. También se destaca por sus bares, restaurantes y, en especial, por la amplia variedad de anticuarios de distintos rubros. No hay que dejar de visitar la Plaza Dorrego, el Mercado de San Telmo, la esquina de Mafalda, la Casa Mínima, el Museo Histórico Nacional y la Iglesia Nuestra Señora de Belén y Parroquia San Pedro González Telmo.

La Plaza Dorrego es una de las más antiguas de Buenos Aires. En el pasado, el lugar era la parada obligada de los carros que viajaban hacia el sur. Con el tiempo se convirtió en el centro del barrio y alrededor de la plaza se instalaron varios comercios y cafés. Todos los domingos en la Plaza Dorrego se lleva a cabo la famosa feria de antigüedades, también conocida como “mercado de pulgas”, a la cual concurren muchos visitantes (domingos de 10 a 17hs).

Según el diario The Guardian, coloca al Ateneo Grand Splendid como la segunda librería más linda del mundo, después de la Boekhandel Selexyz Dominicanen en Maastricht, Países Bajos. El viejo cine teatro Grand Splendid está acondicionado al máximo para brindar una experiencia cultural a la altura de una ciudad cosmopolita como lo es Buenos Aires. La librería es la más grande e importante de Latinoamérica, con más de 120 mil títulos distintos en stock permanente (es curioso porque es tal la variedad de libros y clientes con la que cuenta la librería, que los 100 libros más vendidos, no llegan al 10% de sus ventas totales, lo que demuestra la diversidad con la que atrae a sus clientes).

Hay un café en el escenario principal con el telón de terciopelo entreabierto que invita a tomar algo libro en mano, los viejos camerinos son salas privadas de lectura, los palcos están ordenados por secciones y temáticas, se mantuvo la cúpula pintada a mano, los ornamentos de las columnas y las paredes se restauraron, y así el viajero puede entrar y pasar horas y horas perdido entre sus estanterías de libros, admirando el edificio, pero también perdiéndose entre las páginas de Jorge Luis Borges o Julio Cortázar.

Los Bosques de Palermo son un conjunto de parques ubicado en el barrio de Palermo. Destaca por sus arboledas, lagos y rosedal, que conforman la zona verde más popular de la ciudad y en cuya ampliación y diseño colaboró el paisajista Carlos Thays, a principios del S. XX. En épocas pre-pandemia, los parques se llenaban los fines de semana de gente haciendo deporte, yendo a caminar, a andar en bicicleta o en bote por sus lagos. Cuenta con más de 170 especies distintas de aves viviendo libremente en la naturaleza. Los puntos más visitados son el Rosedal, el Planetario, el Museo Sívori y el Jardín Japonés.

El Rosedal es uno de los parques de los Bosques de Palermo. En sus 3,4 hectáreas posee 18.000 rosales (de mil variedades distintas) y se encuentran emplazadas numerosas obras de arte, entre ellos 26 bustos de poetas y escritores, un puente griego y un patio andaluz. Frente al Rosedal se halla el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori.

El Jardín Japonés se encuentra en los Bosques de Palermo y representa un típico parque de Japón, con sus lagos, puentes y cascadas. El Jardín Japonés tiene muchas especies de plantas y árboles, gran cantidad de ellas exóticas. En la primavera y en verano es un placer ver el colorido de las flores.

Recoleta es un barrio de clase alta, conocida por sus townhouses estilo París, antiguos palacios opulentos y boutiques de lujo. El Cementerio de la Recoleta es una de las atracciones principales, ya que alberga las tumbas extravagantes de íconos nacionales como Eva Perón. En el Museo Nacional de Bellas Artes, se exhiben obras maestras, mientras que en el Centro Cultural Recoleta se ofrecen eventos temporales de vanguardia. En la Plaza Francia, cubierta de césped, se lleva a cabo un mercado de artesanías durante los fines de semana.

El Museo Nacional de Bellas Artes es el establecimiento con mayor patrimonio artístico del país. Cándido López y Antonio Berni comparten edificio con Picasso, Tintoretto, Van Gogh, Goya, Gauguin y Toulouse-Lautrec. La entrada es gratuita. Podríamos pasar horas y horas recorriendo sus salas, pero mi recomendación es que elijan que quieren visitar, y le dediquen no más de dos horas, ya que cerca hay otro museo icónico.

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