Esta es una nueva sección del blog. Voy a ir subiendo uno o dos libros por mes de relatos de viajes que me marcaron y recomiendo leer. Realmente no se como funciona esto de la crítica literaria, así que me voy a limitar a contar de que se trata, que me pareció a mi y por qué recomiendo su lectura.

Hacia rutas salvajes, o Into the wild, es una de las películas mochileras más conocidas del cine. Probablemente la mayoría de los lectores ya la vieron, pero pocos leyeron el libro en el que está basada la película. No voy a spoilear ni el libro ni la película en este artículo, así que pueden seguir leyendo tranquilos los que todavía no conozcan de lo que estoy hablando. Más o menos la trama sería la siguiente:

Chris acaba de graduarse en la universidad y tiene por delante un futuro prometedor. Pero él quiere sentirse libre. Para ello decide apartarse de la sociedad, dejar de lado la vida cómoda y tomar la carretera hacia Alaska. Desde los campos de trigo de Dakota a los ríos tumultuosos de Colorado, y las comunidades hippies de California, Chris va a encontrarse con personajes que van marcando su vida. Al final va en busca de su último objetivo, aventurarse solo en las amplitudes salvajes de Alaska para vivir en total comunión con la naturaleza y encontrar, al fin, la felicidad que tanto ansiaba.

Hasta acá parece estar todo muy bueno. Pero la verdad es que la historia es bastante fuerte. Chris muere en Alaska a los dos años de haber salido de viaje. No se preocupen: no acabo de cagarles el final ni nada de eso. La muerte de Chris se conoce al principio del libro (o de la película):

“En 1992, un joven de una adinerada familia de la Costa Este llegó a Alaska haciendo autostop y se adentró en los bosques situados al norte del monte McKinley. Cuatro meses más tarde, una partida de cazadores de alces encontró su cuerpo en estado de descomposición”.

La historia de Chris es una historia real. El libro es más que nada el compendio de todo el trabajo periodístico que le tocó realizar a Jon Krakauer para la revista Outside allá por los años 90s. La forma de escribir de Krakauer es muy atrapante, y aunque por momentos se pierda un poco en la descripción de los escenarios y desvaríe con historias dentro de la historia, se termina volviendo una lectura muy adictiva.

Investigaciones, entrevistas, viajes y reflexiones son parte de este libro que terminé devorando en 2 días (no lo leí de corrido porque estaba estudiando para un examen e hice el esfuerzo de dejarlo un par de veces).

Si lo que están buscando es un libro escrito en primera persona de un viaje de mochilero con final feliz, no lo lean. Esto no tiene nada que ver con eso. Si quieren entender mejor que fue lo que llevó a Chris a hacer lo que hizo, y perderse en la vida de un chico algo trastornado, muy inteligente, con problemas para vivir en sociedad y con la idea fija de viajar a Alaska en busca de aventuras, se los recomiendo.

Si alguno lo leyó y quiere contarme, o quiere recomendarme algún otro libro viajero, háganlo más abajo. Comenten, compartan y suscríbanse, que van a ayudarme un montón. Y vuelvan mañana, que les voy a estar trayendo un nuevo artículo de viaje como todos los días 🙂