CEMENTERIO DE LA RECOLETA

Visita obligada

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El Cementerio de la Recoleta es una de las necrópolis más conocidas de América. Es un paso obligado en una visita a la Ciudad de Buenos Aires.

Aunque solo se contara con un día para visitar la ciudad, habría que dedicarle al menos una hora para perderse por sus callecitas entre sus mausoleos y bóvedas, 80 de las cuales fueron declaradas Monumento Histórico Nacional, obras de arquitectos y artistas de la talla de Giulio Monteverde, Lola Mora o Pedro Zonza Briano. El cementerio en su conjunto es considerado Museo Histórico Nacional desde el año 1946.

La revista Architectural Digest lo coloca entre los 10 cementerios más impresionantes y bellos del mundo. Pero su valor no radica solo en su valor artístico y arquitectónico, sino también en su valor histórico. Entre sus muros yacen 29 presidentes – 4 de facto -, 200 héroes de la Independencia y 100 gobernadores provinciales. También podemos encontrar entre sus huéspedes a Eva Perón, José Hernández, Victoria Ocampo y Adolfo Bioy Casares, entre otros escritores, artistas, médicos y políticos.

BREVE HISTORIA DEL CEMENTERIO DE LA RECOLETA

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En 1822, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Martín Rodríguez, junto a su ministro de Gobierno, Bernardino Rivadavia, redactan la orden para crear el primer cementerio público de la ciudad. Éste llevaría el nombre de Cementerio del Norte y se emplazaría en el lugar que ocupaba la huerta del convento de Nuestra Señora del Pilar, de los frailes de la orden de los recoletos descalzos. Con el paso del tiempo, los lugareños terminarían denominando a la zona de los recoletos, La Recoleta. Y así el cementerio tomó también el nombre a partir de la orden de estos hombres religiosos.

Si bien comenzó siendo un cementerio netamente cristiano, a partir de la década de 1860, el presidente Bartolomé Mitre, firmó un decreto permitiendo que se enterrara allí a los practicantes de otras religiones o ateos.

Es en la década siguiente cuando el cementerio comienza a recibir a los muertos de la aristocracia argentina. La clase alta porteña vivió en los barrios de San Telmo y Monserrat, hasta que estos se vieron invadidos por la fiebre amarilla, y la mayor parte de éstos ricos abandonaron estos barrios y se instalaron en la parte norte de la ciudad, en la Recoleta, convirtiéndose en un barrio de clase alta. La última morada de esta clase dirigente y adinerada de Buenos Aires, fue el Cementerio de la Recoleta. Y es a partir de esta época de la que datan los mausoleos más opulentos y ostentosos.

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Si bien esta clase pudiente construía para sus familias sin escatimar en gastos (era muy común mandar a traer de Europa a escultores y arquitectos para sus mausoleos), el cementerio llegó a un estado de abandono, que llevó al flamante primer Intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo T. de Alvear, a encomendar al arquitecto Buschiazzo su remodelación.

En 1881 las callecitas se pavimentaron, se construyó una Iglesia Católica, un altar para otros credos, se rodeó todo el cementerio con un muro de ladrillos y se erigió en la entrada un gran pórtico neoclásico con columnas de fuste acanalado de orden dórico.

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Durante sus casi 200 años de historia, el cementerio estuvo rodeado de historias de fantasmas y leyendas sobrenaturales, pero lo que más llama la atención son las historias reales que acompañan a muchas de sus sepulturas.

TUMBA DE EVA PERÓN: LA MÁS VISITADA

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Los restos de María Eva Duarte de Perón, o Evita, descansan en el cementerio desde el año 1974, cuando se repatriaron desde España.

Si se pudieran nombrar 10 personajes controvertidos de la historia argentina, Evita necesariamente estaría en esa lista. Millones de argentinos la admiran, otros muchos la critican, en el mundo la conocen, al menos de nombre, al menos de la película de Madonna, y hacen la peregrinación obligada hasta su tumba.

Dirigente política y actriz argentina, Evita fue la esposa de Juan Domingo Perón. Fue primera dama, “Jefa Espiritual de la Nación”, logró el sufragio universal femenino, la igualdad jurídica entre los cónyuges y la patria potestad compartida. En sus últimos años de vida, llegó a ser considerada para el cargo de vicepresidenta de su marido, pero por oposición de los grupos de poder ante una personalidad femenina tan fuerte, tuvo que renunciar a la candidatura. Murió el 26 de julio de 1952, a los 33 años, de cáncer de útero.

Siempre hay flores frescas. Para bien o para mal, fue una de las mujeres más importantes de la historia de nuestro país. Y una visita a Buenos Aires, no está terminada sin antes pasar por delante de la bóveda art decó que encierra sus restos.

TUMBA DE RUFINA CAMBACERES: LA MÁS ESPELUZNANTE

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El miedo a ser enterrado vivo estaba muy generalizado en los siglos XIX y principios del XX. La catalepsia era una enfermedad a la que todos temían, y circulaban historias espeluznantes sobre gente que había despertado dentro de su propia tumba y no había encontrado la manera de salir vivos.

Rufina fue la hija del escritor argentino Eugenio Cambaceres, aristócrata pero muy crítico de su propia clase alta. Al morir este, Rufina vivió con su madre en una mansión en la calle Montes de Oca. Al cumplir los 19 años, la chica había planeado pasar una velada con sus amigos en el Teatro Colón, pero nunca llegó al evento.

Una de sus mucamas la encontró tirada en el piso, rígida y fría. El médico dijo que estaba muerta. Al día siguiente, la enterraron en la Recoleta. Días más tarde, encontraron el ataúd abierto, la chica estaba en una posición distinta y había todo tipo de arañazos en la tapa del sarcófago. Había sido enterrada viva. Se cree que, al no poder escapar, terminó muriendo al paralizarse su corazón. Su madre mandó a construir una escultura de su hija, de refinado Art Nouveau, en la que agarra el picaporte de la puerta con su mano, como tratando de abrir su bóveda para poder salir.

TUMBA DE DAVID ALLENO: EL QUE NO PODÍA ESPERAR PARA MORIR

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David Alleno fue cuidador del Cementerio de la Recoleta por casi 20 años. Empezó trabajando en el camposanto a la edad de 16 años, en el año 1881, y desde entonces, soñaba con ser enterrado en el Cementerio más famoso y lujoso del país.

Pero él sabía que, para un tipo como él, era casi imposible reunir el dinero para poder pagarse una parcela en tan fastuosa necrópolis. Como era su mayor aspiración, no bajó los brazos y fue ahorrando el dinero año tras año, aún sin poder comer algunas noches y privándose de cualquier tipo de gasto, pero empeñado en cumplir su objetivo.

Una vez reunido el dinero, compró la parcela y fue construyendo su bóveda con sus propias manos, sin arquitecto ni albañil. Pero en la administración del cementerio le dijeron que debía respetar ciertos cánones estéticos. Por lo tanto con sus últimos ahorros viajó a Génova, Italia, y contrató al escultor Canessa para que terminara su bóveda. Un bajorrelieve en mármol que lo muestra con su ropa de trabajo, su manojo de llaves y, a sus pies, su regadera.

Terminado el trabajo, David estaba feliz. Al fin tenía lista su tumba en el Cementerio de la Recoleta. Pero no pudo esperar más para dar el último paso: ocuparla. Así que, en 1910, a los 35 años, tomó veneno y se suicidó.

HORARIOS Y ENTRADA

  • 08:00am – 06:00pm
  • TODOS LOS DÍAS

Entrada GRATUITA

VISITAS GUIADAS

El Cementerio de la Recoleta ofrece visitas guiadas gratuitas sólo en español. De martes a viernes a las 11:00am. Sábados, domingos y feriados, a las 11:00am y a las 03:00pm.

El recorrido dura aproximadamente una hora. Si se está con tiempo y cerca de los horarios de las visitas guiadas, recomiendo ampliamente anotarse, ya que son gratis y además podemos aprender muchísimo de la historia del Cementerio y de la gente que fue sepultada allí.

COMO LLEGAR

El Cementerio de la Recoleta se encuentra en Junín 1760, frente a la Plazoleta Juan XXIII.

Se puede llegar fácilmente caminando desde todos los puntos turísticos del centro y de Recoleta, y vale la pena, ya que está rodeado de numerosas atracciones y calles con historia.

Para llegar en transporte público la línea de subte más cercana es la H. El Cementerio queda a 500 metros de las estaciones Las Heras y Facultad de Derecho, o la estación Pueyrredón de la línea D, a 1200 metros de la necrópolis.

Las líneas de bus que pasan cerca son: 17, 61, 62, 67, 92, 93, 10, 37, 38, 41, 59, 60, 95, 101, 102, 108, 118, 124 y 130

ATRACCIONES CERCANAS

  • IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR – 30mts
  • CENTRO CULTURAL RECOLETA – 50mts
  • BUENOS AIRES DESIGN – 50mts
  • CAFÉ LA BIELA – 100mts
  • PALACE DE GLACE – 200mts
  • MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES – 400mts
  • FACULTAD DE DERECHO – 500mts
  • FLORALIS GENERICA – 600mts
  • BIBLIOTECA NACIONAL – 1000 mts
  • EL ATENEO GRAND SPLENDID – 1200mts
  • MUSEO NACIONAL DE ARTE DECORATIVO – 1400mts
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